Hoy queremos compartir con todos vosotros/as una entrevista realizada por Susana Ruiz a Julia Rosa Bilbao, médico especialista en psiquiatría del cuadro médico de HNA/Atlántida para hablar sobre el confinamiento y cómo afrontarlo de la mejor manera.
1. ¿Qué consejos darías a las personas para sobrellevar el confinamiento?
A pesar de que el confinamiento pueda ser difícil para muchas personas, hay algunas ayudas para poder llevarlo de una mejor forma.
Lo primero que tenemos que pensar es que esta situación es algo temporal y que en un tiempo podremos volver a la normalidad. No debemos olvidar el motivo por el que se está realizando que es un motivo de salud general y que en esto todos somos protagonistas. Es importante que valoremos que el esfuerzo que realizamos es por el bien de todos y que estamos haciendo algo necesario.
Hay algunas cosas que podemos hacer para poder llevarlo de una forma mejor como:
– Establecer un horario y rutinas donde alternemos diversas actividades a lo largo del día y de la semana.
– Realizar actividades que teníamos olvidadas o dedicar un tiempo a aprender cosas nuevas como un idioma, cocina, pintura etc… Plantearnos retos.
– A pesar del aislamiento físico utilizar los medios de comunicación como teléfono, internet etc para mantener el contacto frecuente con amigos, compañeros y familia.
– Dedicar un espacio personal para estar con nosotros mismos y analizar que es lo que necesitamos cada uno como personas.
2. Muchas personas confiesan sentirse durante el día como en una montaña rusa de emociones, ¿Se puede explicar este suceso desde el lado psiquiátrico como una respuesta lógica del cerebro para sobrellevar la situación actual?
En esta situación es normal que sintamos una montaña rusa de emociones. Hay que pensar que por una lado estamos haciendo frente a un enemigo que no vemos y no conocemos, lo que nos genera mucha incertidumbre, más cuando recibimos noticias duras y a veces desoladoras. Por otro lado, estamos en nuestra casa, sin salir, conviviendo de continuo con las misma personas, lo que aumenta los roces y con estímulos externos limitados. No podemos escapar o dar un paseo como cuando en la vida normal nos encontramos agobiados. Todo se intensifica más.
Por ello es importante mantener el contacto social con otras personas que nos pueda ayudar a tener otro punto de vista y también nos ayude el limitar y seleccionar la información externa que recibimos, sin sobrecargarnos de información excesiva y no suficientemente contrastada o realista.
3. También se han observado problemas para conciliar el sueño, sueño revuelto o con pesadillas ¿Qué podemos hacer para mejorar la calidad de nuestro sueño en la situación actual?
Respecto al sueño ayuda el establecer una rutina diaria en la que incluyamos un horario para levantarnos y acostarnos que seamos capacees de cumplir.
Suele ayudar el llevar a cabo las rutinas de higiene del sueño como:
– Evitar tomar muchas sustancias excitantes como café y colas.
– Realizar cenas ligeras.
– Evitar a ultima hora actividades que nos generen tensión.
– Es mejor leer o escuchar música tranquila a última hora que jugar a la videoconsola.
– Puede ayudar establecer una rutina de relajación con ejercicios de relajación, un baño o ducha templada, tomar una infusión etc
En caso de que el sueño se altere y no lo podamos reconducir con estas medidas es conveniente consultarlo con un profesional como el medico de cabecera o un psiquiatra.
4. Muchas personas están perdiendo a seres queridos, familiares, compañeros, amigos, sin poder despedirse. ¿Qué pueden hacer para sobrellevar el duelo de una forma totalmente diferente a la que culturalmente estamos acostumbrados?
La crisis del coronavirus nos hace reflexionar sobre un tema que en esta sociedad lo tenemos apartado: la muerte. Muchas veces pretendemos vivir como si la muerte no existiera y en esta situación de crisis nos hemos tenido que enfrentar de forma directa a esta realidad y a preguntarnos como deben de afrontarse los últimos momentos de un ser querido.
Ha resultado duro ver como muchas personas tenían que permanecer aisladas en los últimos momentos sin poder estar acompañadas ni despedirse de incluso de la familia más próxima.
Esto nos hace pensar en la necesidad de poder dar una salida digna en estas situaciones que permita, por un lado, las medidas de control de la enfermedad, pero también den la oportunidad al enfermo y a su familia de estar en esos últimos momentos y de despedirse. Esto creo que es un tema de debate que habrá que discutir en un futuro pensando en ayudar al que parte y al que se queda.
El no haber podido realizar una despedida a los seres queridos posiblemente influya en muchos de los familiares de las persona fallecidas, que presenten sentimientos de rabia, impotencia, frustración además de la tristeza habitual del duelo. Muchas personas quizá necesiten ayuda profesional para abordarlo.
Para los que seguimos es importante poder hacer tanto una despedida personal como esa despedida social, civil o religiosa en función de las creencias de cada persona.
Cuando esto no se puede realizar puede ayudar celebrar una ceremonia personal de despedida, quizá escribir una carta a esa persona que se ha ido, donde expongamos lo que ha supuesto para nosotros y leerla. Para quien sea creyente leer un texto sagrado y hacer una oración, o compartir recuerdos que tenemos con la persona fallecida. Lo podemos hacer con las personas con las que estemos en casa o quizá a través de redes con algún grupo de personas que estén en nuestra misma situación.
5. Estamos viviendo una situación difícil de estrés sanitario, ertes, teletrabajo, ¿Qué recursos contamos las personas para poder afrontar esta nueva normalidad con la mayor serenidad posible?
El estrés, la incertidumbre laboral, la enfermedad, los cambios en la forma de trabajar, suponen todo un reto de adaptación para el que nadie nos ha preparado.
Primero tenemos que aceptar que hay momentos en la vida en los que no podemos controlar todo, y aceptar esto facilita aceptar también limitaciones y fallos. Puede ayudar el hecho de pensar que como todo en la vida, también esto pasa.
En los momentos de gran incertidumbre nos puede ayudar intentar vivir el presente. Centrarnos en el aquí y ahora. Con lo que tengo aquí ¿Qué puedo hacer hoy? Y focalizar el esfuerzo en las pequeñas cosas del día a día. El futuro es incierto y lo único sobre lo que puedo decidir es el presente. VIVE HOY.
6. ¿Qué oportunidades y aprendizajes podemos extraer de todo lo que estamos viviendo?
Cuando ocurren situaciones de dificultad está en cada uno como las afrontamos: nos asustamos, nos lamentamos o decidimos vivirlas como un reto o como una experiencia que nos hará aprender algo más, que nos haga crecer como personas. Es una decisión personal como lo afrontas.
Creo que esta crisis nos hace pensar en la necesidad de adaptación a nuevas situaciones, al aprendizaje de vivir la soledad y el silencio en una sociedad donde hay mucho ruido, a valorar lo que realmente importa, a vivir el momento, a encarar la enfermedad y muerte.
Esta situación debería hacernos plantear la necesidad de conciencia social, de tener muy en cuenta que lo que hago yo afecta al otro. Que si yo no cumplo con mi parte de responsabilidad, esto afecta a todos.